miércoles, 17 de diciembre de 2008

Presion no marques las horas






Presión es conjugable y tranportable


Presionado, presionable, presionante


y también es transmutable:


precio, preciosa, precinto, prescindible,


presidente, preso, depresión en presión.





Me quedo con lo prescindible de la presión.




Presión alta, presión baja: Stress, sustos,


cosas modernas. Strauss, Suskind. Ahí,


justo ahí vienen los números a oficiar respuestas:


14/8, 13.5/7, 15/8


14/8= 1,75


Todos los fantasmas se suman, se apelmazan


y acumulan bajo ese par de significantes,


dos numeritos separados por una barra.



Miedo, muerte, obispo, no respiración,


corazón inlatiente, corazón roto, llanto,


oscuridad, para que aparca su colectivo.



Y también la ronda por los doctores,


a quién creerle.


Y también replantearse el ritmo, la vida,


el pasado, los hechos.


Lo' hecho.




Lo hacido, lo ácido, lo que el viento...




Presión arterial, la nombro: las venas


más anchitas que de costumbre no permiten


que la sangre que bombea el corazón fluya


como al Ser Humano le gusta, nada de


canoa en el Paraná dulce, pero tampoco exageremos


y le digamos Pantano Riachuelo.



Vamos a medias.




Menos presión,


más dulzura




y que vuelva la Sal.





jueves, 11 de diciembre de 2008

Una Casita


Queríamos una casita - y es que,


a mi también


me gusta hablar de cositas -




con una plantita verde


en baño una vez por semana con lluvia


y algún color rojo como ají


brotando por las esquinas





Una casita llena de luz



nuestra



donde nuestras manos fueran carne


de manufactura de clorofilas



bailantes y sinuosas.





Una casita con el metro cuadrado


de la expansión



bruta y enamorada


como esas plantitas que se abrazan a las paredes



y van, y van como



rizomas risas.




Queríamos esa casita


de la que estamos acortando


pasos;


y nos espera con un mate en la puerta


y una llave bajo la alfombra.


miércoles, 26 de noviembre de 2008

Va y Ven



Darte la luz por el centro del vientre

los arabescos del farol

y las pequeñas venas

cumpliendo su sonora 

mensajería, colorada.


Descentrarte y urdirte de un  lindo desequilibrio

las líneas pintadas batik

poca matemática y dos más dos

sin rezo memorado

por el horario continuo.


Iluminarte como un búho con linterna de minero

pequeños dulces espacios

tercios de tu espalda en la sinuosidad

e inmiscuirme en santos sueños.



Que estás desnuda en casa

y te ansío imaginando

hacerte el amor

como una bestia.

martes, 25 de noviembre de 2008

A otro Estado






Y nos movemos,



como siempre, nos movemos



y cambiamos,



como siempre, cambiamos



y entramos en el juego de la iguana y el camaleón.

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Paseo





I


La felicidad en el epicentro del estado vital,


tiene la fragilidad delgada de la hoja de vidrio


y a veces son dos o tres argumentos,


con nombres de fantasmas y manos de angustia,


lo necesario para tirar la piedra que toma sol


a la pulverización de su entidad.



II


Pero vos, con tus patas de conejita blanda,


con tu viento de anticiclones viniendo siempre viniendo


a mi cabellera poco anunciada,


con tu sangre tibia sobre mi piel


aclarando mi tosca temperatura,


con tus manos de sanadora, de fruta fresca y dulce.



III


Siendo vos todo eso que sos,


yo no me permitiría ni la piedra, ni la caída,


ni la renuncia al cielo eclipsado.

jueves, 13 de noviembre de 2008

En Taxi






Porque le faltamos el respeto a todas


las categorías metafísicas. Ni el tiempo,


ni el espacio. Qué importan. Porque somos


altaneros y seguros y llenamos las arcas


de nuestros corazones. Por todo eso, nos


tomamos ese taxi al registro civil.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Un Paisaje








Camino por los bordes de la tersura

con la tendencia al suicidio en este

tan alto precipicio. Vértigo entre las piernas

flojera espiritual, rasgos de debilidad

y desde el fondo del suburbio de la piel;

un tambor que alimenta el paso fragil,

lento y desprovisto de armas blancas

alimenta un pan de fuerzas en los pies.

lunes, 27 de octubre de 2008

Lo que vamos a hacer






A remontar las miradas como una guirnalda


a las 12 en punto de una navidad,


y a migrar de luz en luz y estallido en estallido,


festejantes somos y en jolgorio vamos.



A pasar los pasos bailes y los pasos caminos


y así ir por ese tan certero no saber que,


tanto gusto a amor tiene, como lo tiene


tu boca de la madrugada, tu mano de calle,


tu silencio en la mirada aguatera que,


sepulta mi sed más que el agua más azul, más cristal.




A refutar habladurías de café con leche y medialunas,


en cualquier momento y,


poder sacar tantas conclusiones del delirio


como de los pétalos que hablan y dicen: "que nosotros dos vamos..."



A cualquier cosa, total de cualquier manera


las opciones no son cualquiera,


sino las que conjugan verbos


verdes y suman números enteros - irracionales.



A construir pirámides a tablones de teatro y,


a escribir en griego un Metafísica I y una Astrología


para pescados y carneros que confluya numerologías


chinas. Un barco de madera con el paso del Río de la Plata.



A ser genuinos y germinar. Barrer generaciones


con una escoba de bruja y;


después de todo no conocer,


que hay un tiempo en el después.


jueves, 16 de octubre de 2008

Telepatía





Somos dos cuerpos,

que practican alevosías

y sacuden la alfombra de la Tierra

mientras practican creencia en la telepatía.

viernes, 3 de octubre de 2008

Creer para Ver





Cuestión de creer que el árbol y la planta


la arena, la piedra y la montaña, tienen


pies y hasta harán callos cosquillas;


y un ala les crecerá a los costados, o dos.



Cuestión de fe por fuera de la palabra,


fundida y cotidiana como abrir y cerrar


la puerta, poner la llave, mirar la calle;


hay que mirar bien y ver que lo distinto


también es lo cotidiano, que la misma cara


del dado recibe un vulnerable o un valiente


y que en dos ríos, nunca habrás de bañarte, dos


veces.


Fecundas formas de la esperanza no acostada,


ni en cama grande, ni colchón oxidado y flojito;


sino más bien agil inquieta movediza huidiza. Esa:


la de los hechos sin hache.



Vivir: cuestión de eso, de tantos, de confiar


y entregarse como andar suelto desmochilado


como un transeúnte vaivenero que quizás sólo


pase sin que aquellos se enteren. Si en ese tren


o mobiliario va una fe, ya no importa, será todo


cuestión del correcto vínculo con el tiempo.

lunes, 29 de septiembre de 2008

La Llegada de una Diva






(Hay una nueva integrante en la casa. Camina altiva e indiferente por la barra del comedor donde suele ir el vaso de fernet cuando se lo toma al paso del cocinaje. Va de un lado al otro moviendo la cabeza a sacudones limpios. Las piernas, las rodillas mejor dicho no las flexiona mucho, pero por lo contrario sus tobillos conjugan flexiones imposibles para cualquiera menos para ella.



Los antiguos integrantes de la casa sienten invasiva su aparición y, esto sumado a la conducta algo snob y estrellista de la nueva porovocan un enorme recelo.)






L: y ésta qué se comió?


J: (Jacinto la mira con los ojos grandes)


L: la estás mirando!


j: eh?


l: que la estás mirando!


j: no, no la estoy mirando


l: si, te vi


j: qué se comió esta?


l: eso pregunto yo


(Llegan fueradefoco, el violoncelista, plasti y lina)


f: y? qué tul?


p: cuándo vas a hablar bien?


f: hola lina, qué le pasa a tu amigo? durmió mal?


p: por qué no me preguntás a mi qué me pasa?


(fueradefoco corre la vista y mira para otro lado)


f: vieron qué linda es? (señalando a la nueva integrante)


l: qué mal gusto que tienen!


j: cómo se llama?


(Lucille lo pellizca a Jacinto)


f: Secate.


l y l: secate?!


l: qué nombre más feo.


f: Con esas piernas que se llame Clodomira, no me importa.


l: qué asco.


(Secate se ha parado frente a ellos, los observa y se acerca caminando sensualmente)


s: Holis!


(Lucille la mira fijamente, casi con odio)


s: Yo me llamo Secate, no me gusta el Lewerbusch y amo el roquefort.


(Lucille cierra los ojos y suspira)


s: ustedes cómo se llaman?


j: yo soy Jacinto, ella es Lucille, Ese es Plasti, Lina, el pequeño es Fueradefoco y ese que está solo allá en el rincón es el Violoncelista. Ey! vení (al violoncelista que se acerca)....

qué música te gusta?


s: Ay! no sé, qué sé yo. Algo que sea para bailar?


j: por ejemplo? decime alguien...


s: ay! qué vergüenza, tengo que elegir?


j: Madonna?


s: Me encanta, es una genia.


j: Vamos con Like a Virgin, señor violoncelista?


(El violoncelista comienza a tocar y Secate comienza a bailar ante la mirada perdida de Jacinto y Plasti. Fueradefoco ya ha tomado parte y está bailando bajo la falda de Secate con gran entusiasmo)


l: yo me voy (a Lina)


l: totalmente.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Encuentro





Formar el mundo en la acción campana


cristalina y resonante: siempre formarlo


sin ningún gris ni temor que peregrine


por sombras de los codos, por los labios


que al moverse dicen, no paran de besar


y decir. Y no olvidan, no, de hacer.






Eso no tenemos en la luminaria sin techo,


carecemos del miedo hijo de la perspectiva


adelantada al tiempo. Vivimos la carne y la piel


de los segundos: le otorgamos existencia, como


si semillas fuesen que tienen la memoria del instante,


la vivencia de la luz madre.





Y festejamos, celebramos el encuentro, el lugar


damos gracias al espacio, a la tierra del camino


corremos sin agotarnos y también nadamos peces,


y sobre todo elegimos pararnos desde el hermoso


precipicio del deseo.





Son mis razones corazoneras, y no tengo nada más


que eso para asumir la vida.









miércoles, 17 de septiembre de 2008

Fotosíntesis (B)

"Es de esos días hermosos/que el sol te cura/los ojos/mientras los entrecierra/de esos de la piel calentita/del pasto aplastado entre los músculos/Acá la sangre se mezcla con el agua/y la tierra grita/Un nuevo acto conmovedor,/el de todos los días;/el de la fotosíntesis."

6 de Septiembre del 2007






Los árboles siguen su ciclo los colores también,


se amarronan durante el frío reverdecen luego


Hoy es de esos días hermosos que el sol te toca


la piel, terciopelo y caricia como si la brisa fuese agua.



El cielo se rasga inmenso sus telas azules, empaña


las miradas, empuña los nacimientos y germinaciones


a mil años luz, a las distancias se las traga el deseo


y a los nudos negros y filosos los desata la piel.



El tiempo del cuerpo sobre el pasto y transfiguración


a una abertura y sensación de suspensión amarilla,


de variación tonal: son todos los pasos de las pisadas,


son todas huellas arenosas que el mar alcance.



Porque siempre cuerpo y alma agua y tierra,


y de la sangre el verdor que nos fecunda: quizás un amor;


el de las arcas vacías y los barcos anclados ya pasó


hundido (C-9) y nunca vuelve más. (Sé Nuevo).



Después de una vuelta al mundo no se está parado


en la misma posición: pierna izquierda arriba mano abajo.


De mi vuelta al tiempo del mundo pasaron y tengos


varios globos incediados y derrames fugaces de copas transparentes.



La vuelta al mundo, nos tiene frente a frente caminando


preparando, vos y yo, los campos con sus pastantes


los viajes y los viajantes. Siendo y haciendo las noches y


los días sol y amaneceres que alimentan la genuinidad del deseo


de verte contemplar y participar de tu fotosíntesis.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Madrugada






Tu animal pelaje oscuro, cuero grueso y patas


largas para caminarte esa panza de bailarina


de mis acordes rasgos y uñas de estremecedor;


eso y otras cosas, como tu temperatura trascendida


al termómetro y tu viajero al centro del sol tierra


hundido y enlacavado por las líneas de la espalda esa


que tuyas ellas, tan tuyas sin embargo parecen trazar


el tiempo anidado y andado: el que no alcanza.



Tu sinuosidad carnal, tu efecto: que me mastiques,


que me desarmes y luego reconstruyas la playa y


la reposera, el agua hirviendo y una duna desde


donde ser arcaicos como una suma, toscos y torpes


en ese va y viene. Tu mirada persistente de mujer


amando a un hombre que violenta a la noche,


le quita el sueño como ladrón impúdico para poder


compartir con vos ese clima tan nuestro, de la


madrugada.


martes, 9 de septiembre de 2008

Sí, Quiero






Sí quiero, mundo vida y pájaros con plumas


de color chocolate sobre y dentro mis bocas


y las tuyas: del estómago con que te como;


y la de la lengua con que te alimento. También,


sí quiero que vos me urdas y untes con las rugosidades,


que tengas, donde las tengas a mi piel radiadora


de hombre que te protege y desea con un color parecido


al fuego que desprende la candidez anaranjada


de una hoguera en la plenitud de su viaje.



Sí quiero, (todo eso que no imaginaba, nunca imaginaba)


que eso con vos es potencia, plenitud, un tallo


desenredándose entre los espacios de aire,


que invisibles forman lo que será un huracán y remolino,


un paisaje pacífico, verde y casuarinesco que


guarda en la casualidad un hecho como diamante preciado.



Sí quiero, mi dueña del amanecimiento, mi


más profunda dueña de mi canción, poesía y


todo mi ser. Sí quiero, con vos, sí quiero.


La Isla Balsaglú






El niño cruzaba el río azul


como cualquier niño que cruza un río


azul, por su cara y su querer de niño


que cruza un río como podría ser el Nilo,


de Egipto. Soñaba quizás con faraones


y princesas, pinturas de pefil y pirámides;


pero no precisamente eso, no precisamente


era lo que buscaba en su barco sobre ese río


azul que podía ser también el cielo azul,


si es que en el reflejo del agua uno miraba.


Aunque en verdad, todo se reflejaba allí:


los árboles que hacen sombra de orilla, frescas


flores de colores. Podría haber jurado el niño,


que hasta los olores se veían dibujado en ese azul


río que el surcaba con la mirada en horizonte.



Iba en busca de algo ese niño que surcaba ese cielo


de agua, donde flotaba su esperanza e imaginación


de mago saca-conejo vestido con corbata roja.


Algo que había visto en un sueño, una noche, en


un verano con olor a cloro de pileta de vacaciones.



Doce piedras había visto levantarse en esa isla,


cada cual custodiada por una pregunta a descifrar,


una que guardaba la magia de que cualquiera


pudiera encontrarla. Y es que sólo un niño, como


el que con ojos dulces cruzaba por ese río podía


animarse a revelar los doce secretos que se ocultaban


bajo las piedras de la Isla Balsaglú

jueves, 4 de septiembre de 2008

San Antonio, sus Toros y Vaquitas (no ajenas)






San Antonio, un día estaba borracho. Había tomado vino de más, el Sirah le apasionaba tan intensamente que cuando bebía una copa no paraba. Alguna vez un superior le había advertido que iba a tener problemas laborales si seguía tomando esa cantidad de vino. Pero a San Antonio no le importaba mucho, él se regía con el criterio de lo desmedido, y es que no en vano es el santo al que le piden la llegada del amor.

Estaba sentado en su silla de mimbre, con la botella paradita ahí nomás como para que estirando el brazo pudiese tomarla en puño y verter el contenido de color en la transparencia de su vaso. Ya era hora de ir a trabajar: encontrarla novio a esa que hacía años iba a la iglesia pidiendo y pidiendo un muchacho que la cuidase, que la quisiese, que la acariciase con ternura: "muchas pretensiones para el amor" decía San Antonio. "La gente pide y pide, después nunca se acuerdan. Cuando se separan ahí agarrate, te mandan cartas con amenazas y demases. La verdad que si quieren seguridades tendrían que irlas a buscar a otro lado. Yo estoy para otras cosas". San Antonio se sentía algo aburrido de formar parejas, ya iban como 800 años haciendo la misma tarea. Siempre un muchacho correcto para una muchacha correcta. "Aburrido" decía, "son todos aburridos".

Pero ese día, ese día. Se sentía con otro ánimo y empujado por las botellitas de vino tinto lo haría.

"Hoy, no. Hoy me tomo ciertas libertades. Un franco. Algo distinto después de 800 años y no me importa con lo que me venga después el jesusito este".

San Antonio se irguió, miró el horizonte y río. Su barba era extensa y la acariciaba con dulzura. Pensó un rato largo y de repente se le iluminaron los ojos. "Ya sé" dijo, "voy a agarrar a dos que no se la esperan. En vez de a los niñatos aburridos de siempre, voy con algunos que no se lo esperen, que los agarre de sorpresa"

San Antonio bajo a las calles de Buenos Aires, pues la monedita que tiró en el mapamundi había caído justo ahí. Su "trabajo" del día lo haría por esas calles. Arrancó desde Retiro buscando miradas, algunos ojos que le inspiraran algo.

Ya había amancido, eran aproximadamente las 7 y media de la mañana de un día de invierno. Un 27 de Mayo, según escribió en su legajo cuando tuvo que dar explicaciones ante las Santas Ordenes de los Santos.

Por Retiro no encontraba nada, gente que iba y venía atolondrada y nada más. Salió de la estación y se tomó el 106 sin saber muy bien adonde iba. Pensó que quizás un chocolate con unos cigarrillos lo ayudarían en su tarea y a la altura del barrio de Almagro por la calle Córdoba se bajó. Entró en un kiosco y compró lo que lo ayudaría en su trabajo. Salió de ahí silbando mientras abría el paquete de cigarrillos, cuando a las dos cuadras lo vio a él. Enseguida dijo: "a este agarro".

El muchacho caminaba despacio, cantaba una canción de Fito Páez en un volúmen más alto que el convencional de los transeúntes. "Si estás entre volver y no volver". San Antonio se sintió atraído por su presencia. No sabía nada de él, pero lo había elegido y le gustaba que las cosas fuesen así, sin saber mucho dónde iban. Era algo distinto.

Camino rápido por la vereda de enfrente se adelantó a él. Cruzó y volvió en dirección opuesta a donde iba el muchacho. Lo interpeló pidiéndole fuego mientras lo miraba a los ojos. Reafirmó hacia sus adentros: "si, si, es él". Entonces le tocó la mano cuando le devolvió el encendedor.

Él ya estaba, ahora faltaba Ella.

Caminó contento en dirección a la Avenida Rivadavia. Su búsqueda se había restringido ahora a alguien que según su criterio encajase con él. Caminó mientras abría sus chocolates y los masticaba ansioso. Antes de llegar a Rivadavia, ya eran como las 9 de la mañana y el sol de invierno calidecía un poco su rostro. Le dieron ganas de comer algo y vio un chino a mitad de cuadra en una callecita cortada. Entró y ahí fue que la vio a Ella. Compraba algunas cosas que parecían sabrosas. Para dentro se dijo: "ella, ella es para él, lo sé, lo sé". Se acercó despacio para poder observarla mejor y aseverar su dictámen. Cuando estaba a medio metro, le preguntó: "señorita, qué caro está el kilo de tomate, no le parece". Ella sonrió y lo miró dulce: "si, la verdad que está carísimo". Enseguida, viendo sus ojos vio el mismo matiz que había visto en él. Casi sin quiererlo en dos horas ya los había encontrado. Le tocó la mano haciéndose el distraído y se retiró del supermercado sin comprar nada. Tomó un colectivo que lo llevase a retiro para poder volver al cielo sin pensar mucho en lo que le dirían cuando se enterasen de lo que había hecho.

Esa noche ellos se vieron. Tomaron vino juntos. Y fue a eso de las 11 de la noche que San Antonio prendió la velita con la que daba por terminada esa unión. Y fue a las 11 de la noche cuando ellos se miraron casi sin querer, se sostuvieron la mirada, se sonrieron y por adentro pensaron que se encantaban. El tiempo diría, pero San Antonio ya había hecho su trabajo. Y una corriente alterna fluía entre ellos.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Intenso






Nunca sentí perdurar a través de la confluencia


del tiempo algo tan intenso, ancho, a través


de los vaivenes de espacio de los caminos,


en mi corazón y en el centro de mi existencia:


esa variable que vos pintarrajeás con colores de maravilla,


todo eso que hacés conmigo cuando


me abrazás con tus pechos hijos del calor,


pechos intensos de sol.



Nunca sentí tal desborde gutural, de significantes,


y palabras inundadas que no rasgan nunca el eje


y punto al que intento arrimar mi boca desplegada


intensa y férrea que insiste como un barco y vela


en esa luminaria estrellita en la que vos, con tu


boca leona me muerde y me drena incierta fuerza


con la que ando derribando mundos a mis pies.




martes, 2 de septiembre de 2008

Desaparición de Fueradefoco y de lo que Hizo en el Durante





J: nena, nena, no sabés...


l: otra mala noticia más! no! adónde se van ahora?


j: no, no es eso.. es otra cosa..


l: qué, qué?


j: fuerdefoco..


l: si, qué pasa con fueri?


j: viste que andaba medio raro estos días? bah, yo lo notaba como medio caído, que andaba por ahí, por el comedor..


l: si, medio raro...


j: ni siquiera lo seguía al violoncelista...


l: bueno, tanto no me fijé...


j: a mi me llamó la atención, si siempre andan juntos..


l: bueno, nene, dale, qué pasó? contame!


j: se fue


l: NO!


j: Si, te juro..


l: adónde?!!


j: yo qué sé... se fue, no está por ningún lado...


l: uhhhh.. y Ella cómo está?


j: no sé, no la vi todavía, pero cuando el se entere agarrate. Y si lo encuentra la paliza que le va a dar...


l: paliza? si no le pega nadie él.. estás exagerando..


j: bueno, no importa, se fue y no está...


(aparece el violoncelista)


j: ey! y fueradefoco?


(el violoncelista que estaba interpretando una chacarera, comienza a tocar un nocturno de Chopin mientras derrama lágrimas)


j: se fue, no?


(el violoncelista sigue tocando con la misma cara compungiente. Mientras aparece Ella)


E: fueradefoco! dónde estás perrito?


l: (en secreto a jacinto): pobre... habría que ayudarla..


j: no entiendo que hace él en el trabajo teniendo una situación de esta gravedad...


(Ella revuelve todo, da vuelta cajones, revisa entre los cubiertos, da vuelta los almohadones del sillón, busca debajo de todo lo que tiene un debajo. Se siente entristecida)


E: dónde miércoles te habré dejado?


(Ella agarra el teléfono, marca)


e: mi amor?


él: ahh, nenita! cómo te va?


e: mal, no sabés...


él: qué? qué pasa?


e: fueradefoco desapareció


él: cómo que desapareció?


e: si, lo estoy buscando por todos lados, no lo encuentro. No me acuerdo donde lo dejamos la última vez...


él: uy, neni. A ver, no fue el otro día en la foto familiar?


e: soy una mala madre..


él: no, no digas eso nenita. Ya va a aparecer, vos quédate tranquila. Yo apenas salgo de acá voy a ayudarte...


e: bueno, yo lo sigo buscando... chau, mi amor.


él: chau neni.


(Cortan y ella sigue buscando intensamente)



Mientras tanto en otro lugar de la ciudad, fuera de la casa de Ella, Fueradefoco corre por una calle celeste. Llega hasta la esquina y vislumbra un árbol que le gusta porque tiene algunas frutas en la copa. Se detiene junto a él y hace pis. Baja la pata y comienza a caminar en dirección a una plaza: la Plaza Almagro. Va directo al arenero, se zambulle entre la arena y observa un chico que se hamaca. Le dan ganas de hamacarse y se acerca. El chico le pasa muy rápido con sus piernas junto a su cola. Fueradefoco se asusta y corre hacia un costado donde se encuentra con una hormiga roja. La saluda.


- Hola!


- Hola!


- cómo te llamás?


- Hormiga


- mirá, y ese nombre? de dónde es? digo, oriundo de qué región? parece como húngaro...


(la hormiga lo mira frunciendo el seño)


- bueno, bueno. Decime, te hamacaste alguna vez?


- no, no se puede. Hay que trabajar.


- pero nunca, nunca?


- hay que trabajar..


- si ya sé que hay que trabajar, pero un poquitín...


- no


- bueno, bueno... decime una cosa.. sabés cómo vuelvo?


- si no sé adónde querés volver...


- bueno che, pero qué mala onda... anda con tu hojita llévala que sino la hormiga reina te va a castigar..


- gracias, permiso...


Fueradefoco sigue caminando. Ve una parejita. Le hace acordar a Ellos. Se acerca y grita, ladra y se revuelca pero no logra llamarles la atención. Están muy ocupados en unos besos. Trepa con mucho esfuerzo por los huequitos de cemento de una asiento y se acerca a la mano de el muchacho. Se refriega contra él pero sólo consigue que este se rasque. Fueradefoco decide meterse en el bolsillo de él. Tiene esperanza de que lo devuelvan a su hogar. Ya no tiene ganas de estar en la calle. Quiere verlo al violoncelista y a Ellos.

Los extraña.

(y Ellos se van a poner tan contentos cuando lo vuelvan a ver)

Tuyo, Adentro






"Adentro tuyo"; digo hablo pronuncio y


arde el terremoto por mi boca de torrente


que en la imagen es triza y fuego: dos que


valemos por las hogueras de hierro del mundo,


y más, mucho más adentro tuyo



esa que vos sos,



mi dulce terreno y primavera en sueño fértil


donde las mías, siembras semillas y serenas


son estertores de cielo morocho y bichito de luz;


sin tapa destapada y en lumionosa dedicada,


a vos, y yo en




ese adentro tuyo, espacio carácter de no terminable


de amplio azul tan marítimo y hondo profundo


donde soy genuinidad y brote raíz de soja, quizás


fabrico con dedos algo delgados lo que quiero


como tu alimento,



yo ese



que quiere ser tu pan, corteza y miga:


tu blandeza y dureza ablandarla a besos


durante el adentrar esa hoguera,



y ese



instante tan adentro tuyo en que


mi cuerpo descubierto


sólo es piel textura y abrazo anhelado.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Poema Matemático III: Touza + Torres

Tenemos dos términos, o dos comienzos:

Touza y Torres. Comencemos entonces, por

agrupar términos, por lo tanto quitamos separamos

To y To,

lo que da como consecuencia los restantes: Uza y Rres.



Sigamos: tomemos Rres y simplifiquemos la operación

quitando elementos duplicados, en este caso la doble "R",

por lo que resulta "Res".



Ahora apliquemos el principio de identidad fonética

y agrupemos los términos "z" de Uza, con la "s" de Res;

nos quedaría entonces Ua y Re. Si trasladamos términos

y aplicamos la T que separamos en un principio al primer

término que estamos trabajando "Ua" y reemplazamos,

nos queda Ua*T, lo que da como resultado Ut que es el

nombre antiguo de la nota Do. Recordemos que por el otro

lado teníamos Re, y nos queda entonces la secuencia musical


Do - Re.


Veamos que por el otro lado nos quedo A+T, esto es: a-más-te,

sin guiones: amaste.

Nos queda resolver las dos "O" que se puede trasladar por su figura

al cero y quedaría entonces "ser o ser o" (término que implica

un nunca dejar de ser).


Entonces tenemos tres resultados:

"Do - Re"; "Amaste" y "Ser o Ser o";

es claro el resultado de toda la suma:



"Y notas musicales (Do-Re) somos (ser o ser o);

cada día

que en las miradas nos descubrimos en el amor (amaste)"

miércoles, 27 de agosto de 2008

En Entrega





Entregado a tu amor estoy, en alas

pájaro polícromo desprendido de la bandada

del caos retumbante miserable, entregado


con pureza frágil, en miga de pan para picotear,


blanco o mejor, transparente y desnudo (sin nudo)


sinuoso y dúctil para la paciencia practicada


del píar que llama enfoguecido su hembra, en el aire




Entregado y suspendido flotante, lleno de azules


celestes cual cielos intensos durante las nubes


expeditivas y viajeras entrelazadas y untadas


como bocas entregadas a la noche tierna por


oscura en ese pequeño foquito que alcanza


palpar el mínimo tacto de este amor


no resbaloso, sí firme y afirmado


en la entrega, mi entregado a tu piel


de estrella, luna y eclipse, de astro


y big bang, de origen y raíz expansiva


con rumbo arriba y cuello erguido vamos


trepantes de peldaños no visitados por nadie,



que entregado a vos como lo estoy yo,


solamente hay como vos entregada a mi.

lunes, 25 de agosto de 2008

Nuestros Nombres






Tan íntimamente y explícitamente mía,


sin pudores, tan en la mirada y diseminado


por el viento y cualquier aire


donde pasa un tiempo que no tiene existir, mía,


la mujer tierna surcada por sinuosidades


y remolinos del agua, tan mía y en verdor


como árbol que me otorga su savia y sudor.



Tan viendo el mundo por el reflejo cristal de tus lagos,


tus bajantes aguas de todos los meses, tu amor


de oxígeno, de planeta y galaxia, de mundo tuyo


que deseo, para mi, como cuando dentro tu cuerpo


brujos nosotros, nos hacemos el amor y


arrimo mi alma al centro de tu existencia,


de tu verbo carne y adjetivo: tu nombre


que es mi nombre herrado en la piel, inscripto


y drenado en la sangre,


y mi pulso y ritmo inscribiendo ese tu nombre


en mi espacio, tiempo y territorio.



Tan tu piel clara y oscura, pliegue del lugar


bajo tus ojos donde tanto discurre hondanadas


de vuelo a los meridianos universales y nuestros,


y también tan agua y pez para el entre


tus piernas navegantes ellas y yo, conquistados


por lenguas colonizantes de corazones


sin guerras.



Así, yo tan tuyo vos tan mía,


construimos luz diurna, trigo y semillas


para el pan del pecho nuestros


tan lindante a los labios.



Así, cada día


un tanto más,


soy un tanto tuyo


y vos un tanto mía.

miércoles, 20 de agosto de 2008

Hombre y Mujer






Cuero, vela y ansiedad de la semilla


recién puesta sobre húmeda la tierra


esperando frondosas copas, puesta ser


sombra y refugio del transeúnte sólo,


pero también del que va del brazo ajeno a bañarse


por pasos, sombras debajo de los pies


en caminos húmedos, de tierra.



Y después;



Yo, tu hombre sin conjugaciones vestidas,


desnudo tu hombre, llenándome las palmas


del nombre tuyo, mujer desnuda, mi mujer


de nudos arrastrados, preñada de amor, mi mujer


por yo este hombre embarazado en tu mirada,


pariendo los hijos de mi poesía a través de tu boca.



Tronco, madera, dureza y las líneas de la corteza


enmarcando en actitud luminaria un centro, brote


y raíz: esencia y fe no prestidigitada sino genuina,


en el ritmo y pulso marcado en manos


de parche repicado esperando veranos que


por el amplio surco de línea y universo


nos otorguemos también a la tierra en deseo.



Y después;



Mi hembra y cachorra de la luna y la lluvia,


mi mujer, y yo acá tu hombre y cahorro, puesto


en zapatos y espalda dispuesta y derecha o recta


para vos alimetarnos de lo fresco y límpido del mundo,


donde yo tu hombre y vos mi mujer


nos envolvemos sin enlazarnos.


martes, 19 de agosto de 2008

A Cerca del Miedo






Toda su vacuidad, su poder estrépito y atormentador


para hacerse invisible y colarse por las figuras conocidas


como si fuese un nudo que desliza en la soga


a la manera de la corbata: peso denso sobre el cuello


angustia indómita manchada sin lenguaje;


y sobre todo tan traidor: cuando rasguña por detrás


mientras uno anda verdeando por la vida.



Algo bueno tendrá supongo, quiero decir, el miedo,


quizás el abrir los ojos, de ese sacudón conmover


la realidad para mirarse los pelos de los pies y decir:


"ah, yo estoy acá, mirame y me miro"


un doblez de la conciencia, saber el estado etílico


o de veneno que surca por dentro.



Endiablado y persistente en actitud mosca oscura


timorato, estúpido timorato


(¿yo o el pronombre de la primera persona?)


agotante, chirriante, entumecedor ágil


que los días y mañanas densifica dolorosamente.



Ningún deseo más fuerte y estruendoso


que el de reventarlo


con un impulso viajero desde mi corazón.



lunes, 18 de agosto de 2008

Fin de semana en soledad para Jacinto y Lucille





(Lucille y Jacinto están sentados en el sillón de la casa de Ella. Jacinto prepara fuerzas y le dice algo)


j: nena, no sabés lo que encontré...


l: pará, no me digás así que me asustás!


j: bueno, no sé, cómo querés que te diga?


l: bueno, dale decime...


j: hay dos pasajes en micro al lado del televisor...


l: y?


j: cómo y? se van...


l: no, mentira, mentira, mentira.. no nos van a dejar acá...


j: yo en un bolso no entro, y aunque entrase me niego a ir apretujado en un bolso. A mi si me llevan, que me llevan en brazos o no voy nada...


l: cómo sabés que son de ellos los pasajes?


j: y de quién van a ser?


l: no sé, nene, de otros, de fueradefoco? o del violoncelista?


j: si ellos no salen de acá... aparte, adónde van a ir?


l: qué sé yo, fueradefoco el otro día me contó que el violoncelista tenía un concierto, iba a interpretar a ¿quién era? uno que empieza con B, Balt, Bam...


j: ¿Bach?


l: si, si, ese... como el de la canción que escuchaba Ella el otro día, "Juan Sebastián..."


j: bueno, pará, a ver... Ey, fueradefoco!


(fueradefoco se acerca rápido junto al violoncelista que lo sigue)


f: qué pasa? (a el Violoncelista) Che! pará un poquito que no escucho...


(el violoncelista lo mira molesto, pero deja de tocar)


(a Jacinto y Lucille) si?


j: mirá, ahí arriba de la mesa... ¿ves?


f: si, ¿qué?


j: hay dos papeles que dicen Lulumar...


f: ajá ¿qué pasa Jacinto?


j: vos sabés algo de que ellos se van de viaje?


f: cómo que se van? de verdad me decís?


j: no sé, no sé, sino qué van a ser esos pasajes?


f: (al violoncelista) escuchaste? se van! podemos hacer una fiesta!!


l: no, qué fiesta tonto, quién nos va a cuidar?


f: yo estoy grande, me las arreglo..


j: bueno, bueno, paren. Hacé una cosa, porque no te acercás y te fijás qué dicen los pasajes?


f: Ahí voy...


(fueradefoco, hábilmente como siempre se dirige a la mesa donde se encuentra el televisor para recopilar la información inscripta en los pasajes)


l: yo no sé que voy a hacer... es muy triste..


j: lo raro es que no nos hayan dicho nada...


l: y si desde que se conocieron, andan perdidos como en una nube, todo el día a los besitos y qué sé yo... mirá a plasti y lina, cada día están más solos pobres...


j: pero el otro día se sacaron fotos con nosotros...


l: si, porque él las quiere poner para exhibirnos en ese escritorio que tiene allá en páginas amarillas...


j: bueno, no digas exhibir, suena feo...


l: es así, nene...


(fueradefoco vuelve bailando y sonriendo)


f: se van a las toninas


l: las tonitas, qué es eso?


j: es un pecesito, creo...


l: qué raro... pará, y cómo sabés que son de ellos


f: confirmadísimo, dice sus nombres


l: no puede ser, no puede ser y no puede ser....


f: ya mismo me pongo a armar guirnaldas, hay una chica de la casa vecina que me encanta... (al violoncelista) vos, dejá de tocar a Bach, y preparame un bolerón, algo para conquistarla tipo.. no sé, "Piel Canela"..


(fueradefoco se va cantando "Me importás tú, y tú, y tú, y nadie más que tú...")


j: bueno, nena, tranquila ya van a volver... serán unos días nada más...


l: no me importa, me pone triste y punto...


j: si, a mi también pero...


l: encima Él que se va siempre, se va corriendo a no sé dónde con la musiquita y qué sé yo...


(Jacinto la abraza a Lucille y la consuela. Luego, se levanta y agarra una galletita y se la ofrece. Lucille lo mira tierna)


l: gracias nenito


j: te quiero


l: yo también.

Preguntas para una Vuelta






¿cómo se regresa?



cuatro amaneceres luminosos enredado


en tu pelo, en las manchas de tu cuero,


en tus puntos marrones: guías de mis manos,


cuatro amaneceres son muy poco,


porque todo es poco, aunque sea mucho,


sobre todo si son esos amaneceres.



¿cómo se regresa?



cuatro anocheceres al pie de tu mirada vitreaux,


en tu voz contemplativa, dulce, honda, pacífica,


en tu gesto femenino de amor: mi devoción,


cuatro anocheceres son pocas lunas redondas,


para este hambre que tengo de tu sueño,


de tu intimidad, de tus rinconcitos.



¿cómo se regresa?



del mar que nos miraba besarnos, con ojos


de espuma orillesca, de los perros amigos


que nos enviaba la arena para enlazarnos


en la caricia de la luz y la sombra de un segundo,


¿cómo?


del besarte a antojo y destajo, del nombrarte


por tus orejas y el abrigarte por la sonrisa,


de la risa fácil, la inventiva,


de todo ese mundo.



¿cómo se regresa?



viernes, 15 de agosto de 2008

Enlace Durante






En ese dormitando transcurre también el mundo


por el vínculo inmediato, la línea sinuosa


que dibujan nuestros cuerpos:


el túnel enmarcado por donde pasan barcos y caballos,


un transcurrir en que mutamos ríos de papel


y velas sensibles al soplo del viento.



En ese doble nudo de los cuerpos


mitad en el tiempo y mitad fuera de él


como si relojes fuesen incógnitas, sólo hipótesis,


en ese doble ser-estar tan verbal como táctil


(líneas recíprocas como frontones golpeados por


pelotitas de goma)


la realidad discurre en el goce indeterminado


de la viscera tierna amante.



y nos palpamos como animales tiernos y fáciles,


fascinados y en trinos nos palpamos como animales


y somos ciegos entregados al mínimo temblor de tierra


esperando una abalancha esdrújula que fulmine


desde el fondo de un adentro


y también, somos el centro de una galaxia como sol


su color más puramente condensado de intocable



En esos huecos que hundimos en los materiales


en que exprimimos naranjas y también las semillas


con sombras tan humanas como mitológicas,


ahí, ahí en esos huecos tenemos los dobleces


como los tienen los espejos y los relieves reflectantes


como el río que te mira para verse a sí mismo.



En esa dádiva dulce donde somos construimos


más que esas y esos, más que dedos y doces


y doblegamos de vuelta las formas, las desafiamos


para unirnos sin demases ni mareos


en estas tantas noches preciosas noches.





miércoles, 13 de agosto de 2008

caBo





Con esa boca ella besa, con esa boca


besos generosos con esa boca generosa,


besa con esa boca ella, me besa, besame besos


de desierto y agua de cactus u oasis:



[quiero paradoja en la palabra,


desvincularla de la línea recta]



Con esa boca llena ella besa mis manos,


esa boca que habla y dice "perrito", "mamá", "amor",


la misma boca esa que palpa los matices y


que [roza] los [bordes] rojos de mis estertores

[rosa] [bordó]

[policromidad]

[lábil]



Con esa boca no llana ella me besa, con esa boca


y yo con mi boca usurpante de la tuya


susurro algunas palabras al aire que me llamen,


me nombren y me aseguren que en la tierra somos



[para perderme y encontrarme simultáneo


en tu boca, esa boca]






martes, 12 de agosto de 2008

Esta Orquesta





El sonido, el timbre de tu voz pronunciante


altera mi devenir a un nomeimporta.



y me florecen faunas y floras


inéditas para cualquier libro de botánica


como también para mi autogalaxia


panorámica paralelográmica



la gotita de tu gesto en el decir con hilitos


que no se ven: los fueradecampos



son en verdad mis mañanas pastizales y selvas,


mis vaquitas mugientes alimentantes


y mis noches relojeras de errancia


por lo sensorial que habita del recuerdo en mi cuerpo



la corchea azul enunciada sin pentagrama


después de descorchar con la boca una borrachera de amor



es mi estado etílico, mi entrada gloriosa y luminosa


a la discontinuidad del tiempo, mi forma fractal


pero con tanto centro y arco perceptivo


en ese pequeñito silencio que pide luz en el medio de tu cuerpo



la onomatopeya firme descifrada y leída al corazón


expresada sin pudor y con descaro primaveral



la alucinación auditiva en mis momentos de soledad


el repiqueteo de tu nombre sobre las líneas de mi mano



Creo que tengo la orquesta más maravillosa del mundo


interpretando un conjunto de canciones


que son una maravilla











lunes, 11 de agosto de 2008

Dientes






No tengo límite, no tengo freno: soy tren


sin maquinista ni nada,


no detengo, no puedo, no quiero,


por las vías voy sin control, derrapando


en las curvas para chirriar el sonido del metal.



Soy un salvaje, un animalito: un perro.


No pienso, habito las coordenadas del instinto reflejo,


me acoplo sin control, me revuelvo por un puñado de prendas


el aire se me agita, la respiración entrecorta,


me reúno con la naturaleza en lo que tiene ella de primitivo.



Y en la sangre,


redoblo la apuesta,


que voy a comerte toda.

domingo, 10 de agosto de 2008

Sobre la Paranoia





I


Siempre fui tan íntimo de la paranoia


como si esta fuese mi escucha


durante los insomnios



II


La mirada, el ojo con láser: la paranoia


y también Dios desde arriba controlador,


como la poli, el híbrido gendarme (gen. de. arma.),


y la militarización del ser humano,


la necesidad de control y ser controlado:


tal vez una herencia de la más tierna infancia


a la que algunos responden agasajados descorchando un brindis


y otros repudian, no sin la ambivalencia de aquellas cosas


que nos marcan desde el chupete y la crianza


y que entonces hacen zig zag con ese peso en el alma


que generan las contradicciones.


También paranoia en,


el mito del Gran Hermano fraternal, hermanito (justo 1984),


la moda: los carteles publicitarios con hombres y mujeres del tamaño de un barco


que nos miran por ejemplo desde lo alto en la avenida Córdoba


con esos ojos siempre verdes maquillados y de una lucidez inexistente;


y también el internet, que generosa conecta los pueblos


pero también fulgura identidades y las crea en filos delgados de realidad y ficción.



III


Siempre fue así, la calle me observaba


con miles de ojos que brotaban de las baldosas,


y en esos momentos la gente emitían sonidos


con sus bocas que poca relación guardaban con


un mensaje limpio y guardado;


los animales eran de una carcinería


genuinamente desbocada


y las mujeres, de una perfidia incontrolable.



IV


Paranoico en todos lados: el lugar


más cercano y más alejado del magnetismo


de lo oculto y recóndito: las emociones.