Nunca sentí perdurar a través de la confluencia
del tiempo algo tan intenso, ancho, a través
de los vaivenes de espacio de los caminos,
en mi corazón y en el centro de mi existencia:
esa variable que vos pintarrajeás con colores de maravilla,
todo eso que hacés conmigo cuando
me abrazás con tus pechos hijos del calor,
pechos intensos de sol.
Nunca sentí tal desborde gutural, de significantes,
y palabras inundadas que no rasgan nunca el eje
y punto al que intento arrimar mi boca desplegada
intensa y férrea que insiste como un barco y vela
en esa luminaria estrellita en la que vos, con tu
boca leona me muerde y me drena incierta fuerza
con la que ando derribando mundos a mis pies.
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