6 de Septiembre del 2007
Los árboles siguen su ciclo los colores también,
se amarronan durante el frío reverdecen luego
Hoy es de esos días hermosos que el sol te toca
la piel, terciopelo y caricia como si la brisa fuese agua.
El cielo se rasga inmenso sus telas azules, empaña
las miradas, empuña los nacimientos y germinaciones
a mil años luz, a las distancias se las traga el deseo
y a los nudos negros y filosos los desata la piel.
El tiempo del cuerpo sobre el pasto y transfiguración
a una abertura y sensación de suspensión amarilla,
de variación tonal: son todos los pasos de las pisadas,
son todas huellas arenosas que el mar alcance.
Porque siempre cuerpo y alma agua y tierra,
y de la sangre el verdor que nos fecunda: quizás un amor;
el de las arcas vacías y los barcos anclados ya pasó
hundido (C-9) y nunca vuelve más. (Sé Nuevo).
Después de una vuelta al mundo no se está parado
en la misma posición: pierna izquierda arriba mano abajo.
De mi vuelta al tiempo del mundo pasaron y tengos
varios globos incediados y derrames fugaces de copas transparentes.
La vuelta al mundo, nos tiene frente a frente caminando
preparando, vos y yo, los campos con sus pastantes
los viajes y los viajantes. Siendo y haciendo las noches y
los días sol y amaneceres que alimentan la genuinidad del deseo
de verte contemplar y participar de tu fotosíntesis.
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