Por un cordón de algodón, negro, blanco, amarillo
me deslizo hasta la punta de un hemisferio redondo
y sin contemplaciones repto en una mirada lunar
para comerte, lamerte y luego brindarte un color
quiero tenerte azúcar por mis órbitas abiertas, mis comisuras abiertas
de par, te celo en silencio sórdido, te presiento todas las mañanas
Dicen rápido algunos veloz y yo en mi fragilidad cerámica
me hago medio mandarina para desgajarme mirándote
Dicen tiernos algunos, enamorados y yo en mi mano segura
te tomo lúdica, no tímida y en tu eje de rotación telúrica
quiero caballos, para vos, lluvias de inmensos ventanales en el corazón
brillos partidos de los costados del sol, inundándote los pechos de amor
y que te rías en una carcajada, suave arena
y conmigo entres al mar.
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