lunes, 30 de junio de 2008

Que el Tiempo




Hacerlo de una figurita de plastilina azul

mezclarlo con una flor amarilla y su pétalo en auge

regarlo con una gota de sudor caída del pecho

hecha en un fluyente movimiento poco cesante,

lo que otros le dicen "un remolino de pasión"

y Estirarlo a una figura blanca y flexible

estirada sobre un colchón de pasto pastado

por unos caballos marrones que transpiran

el mismo sudor que riega a la florcita verde,

hacernos corredores, trotadores, galopantes

y sobre todo salvajes - lo básico nuestro -

Poseerlo sobre todo

como cuando entro en tus piernas (entre)

mirarlo desde el ángulo preciso donde se percibe

lo que nunca se ve por tapado, por él mismo,

Sabotearlo e injuriarlo, o engañarlo y pertrecharlo

sin daño - con ternura,

esa misma que hace que deseemos - nos rija el deseo -

como el mismo caballo que suda y galopa

y relincha cosas que entendemos,

que Sea una caminata en el mar,

con parecida perspectiva espacial a la caminata lunar

y la sensación del infinitivo -del hacer-

de terminar en "r"

de revisarte el alma, de rompernos el corazón, de rotación solar.

y que No me saque de tu cama

a las siete de la mañana

para anestesiarme como un estúpido de frente

a un monitor.

No hay comentarios: