La quietud como el silencio son
abstractos que me repliegan el corazón
hacia un escondite oscuro:
pocas luces por aquí.
La sensación es impune e hipervalorada
me estoy muriendo, digo
y es una verdad: todos nos estamos muriendo
pero al mismo tiempo estamos viviendo.
Conclusiones como que la única posibilidad
es ir en dirección hacia la muerte,
que vivir es justamente eso;
lo hacen a uno penar un tanto.
Será esa la inquietud, la falta de reposo,
no hay tiempo para perder,
no se debe hacerlo,
es un fallo ético moral, más que un deseo.
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