Y tal vez,
sentados en un escalón
bajo la estrellas
(junto a la piel de las montañas)
pasando reflejos,
con lunas distraídas
nuestros pies se abracen.
Sucumbiendo a silencios
en la búsqueda obstinada
de la mirada
que se escabuye tímida
por un rectángulo
formado entre los espacios
del cuerpo.
pensando nadas
vagando por las sombras
nuestros índices se besen.
Todo lo
prefiero así,
completo de intensidad.
Por más que al final,
me espere un desastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario