Y cada vez que repunto, que veo el fulgor del alba
que creo, que vivo, que me siento lleno el pecho.
Y miro hacia adelante y río porquesí,
que tengo, que voy, que ando, que descalzo sobre el agua.
Entonces vuelve la constelación opaca del miedo
a inundar el territorio que tenía bandera plantada por mi brazo y antorcha
a oscurecer todo lo que había de porquesí;
y yo, yo. Me quedo como una bolita prendida fuego.
1 comentario:
En algún momento sentís el pecho lleno. Eso es un montón. Debe ser un espectáculo maravilloso. Sos maravilloso hasta cuando te prendés fuego.
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