sábado, 25 de julio de 2009

A mi esposa



A mi esposa,
que sus manos me parecen pasteles,

que cuando se duerme las noches en mi pecho
yo relojeo con silencio sus párpado
de puro placer contemplante,

que cuando se ríe,
hay un espacio que se abre por las paredes
para que rechine el brillo del sol,

que me gusta sentarme a verla,
interactuar con el mundo
y redescubrir continuamente
lo maravillosa que es
y lo maravillado que me tiene.

1 comentario:

Anónimo dijo...

me encantó el final!!!

todos esos blog que aparecieron son tuyos...mirá vos.,,jaja

donde estás germán??
nos tenemos que ver algún día.

besos a los novios! los quiero!